“La Mision, aquí y ahora” : Estamos en un momento crucial de la asociación con un pasado para aprender, con un presente para ser consciente de él y con mucho futuro por construir

David Sanz es misionero de MISEVI España, trabajador social, casado con Mari Carmen Saz, padre de Lucía, Pablo y Usha.  Le gusta disfrutar de la compañía de sus amigos/as. Es amante del cine, de la lectura, del baile y de la música. David vive en Zaragoza y es parte de diferentes colectivos eclesiales y sociales. 

En tu opinión, ¿cuáles son los principales cambios que ha vivido la Asociación en estos 8 años en los que has sido parte del Equipo Coordinador de MISEVI España? ¿En qué aspectos hemos crecido desde entonces?

Creo que hemos alcanzado madurez. Sabemos quiénes somos, hemos encontrado “nuestro lugar en el mundo” que se podría traducir en nuestro lugar en la Iglesia, en la Familia Vicenciana y también en la sociedad. Considero que al interior de la asociación se ha ido consolidando una estructura de trabajo por áreas que está posibilitando el compromiso de los socios/as.

¿Cuál dirías que ha sido tu aporte, personal y que te identifica, durante este tiempo en el equipo coordinador de MISEVI España? 

Trabajo en equipo. Siento que he sido parte y he construido equipo.  No es fácil trabajar de esta manera, pero hemos puesto cada una de las personas que durante esta etapa hemos formado el equipo, lo mejor de nosotros y nosotras. Me he sentido acompañante de las vidas  de  mis compañeros/as.

¿De qué manera, esta colaboración en MISEVI te ha marcado a ti? 

Para mí  la experiencia más significativa es haber tenido el regalo de acompañar a las misioneras/os presentes en Honduras. Y también a  las personas enviadas a Angola, Bolivia y en su momento Mozambique a través del trabajo de mis compañeras/os en el equipo. Acompañar a MISEVI en Honduras  ha supuesto para mí un reto de querer estar cerca,  estando lejos desde una distancia física real.  Ha habido momentos muy duros, de sufrimiento. Pero a la vez me he sentido acompañado por las propias personas enviadas y por el equipo. 

Otra experiencia muy enriquecedora han sido las visitas que como miembro del equipo hice a Honduras y Bolivia  fueron vitales, me vincularon, más si cabe,  a las vidas de los misioneros/as.

Entender mi vida desde la justicia social, desde el compromiso, desde la empatía con quienes sufren, de impulsar la creatividad en generar respuestas ante problemas sociales  sin duda forma parte de mí ser misionero y la experiencia de acompañar a Misevi en Honduras ha ayudado a entender mi vida de esa manera.

En el área de Comunicación y Marketing,  de la que participas activamente, ¿cuál dirías qué es el mayor desafío actual ?

La comunicación es un reto permanente. Considero fundamental seguir comunicándonos  y ayudar a la asociación a incidir en la importancia de hacerlo. Tenemos una gran riqueza: el mensaje y el contenido de lo que somos, de lo que hacemos, de dónde estamos y cómo estamos es potente para la Iglesia, para la sociedad.

Y en general, ¿cuál crees que es el mayor desafío que el nuevo equipo debe atender?

Creo que el principal desafío es poder aunar la búsqueda de personas enviadas a la misión y los recursos económicos que posibiliten la viabilidad de la asociación en sus compromisos actuales y en los que puedan ser asumidos.  

Creo firmemente que puede conseguir este desafío contando con la colaboración e implicación de los socios/as, de la familia vicenciana, de  organizaciones eclesiales y de la propia sociedad civil.  Sin duda, debe dejarse tiempo para que se configuren como equipo,  para buscar espacios de reflexión, de retiro. Estamos en un momento crucial de la asociación con un pasado para aprender, con un presente para ser consciente de él y con mucho futuro por construir.

Y los socios y socias de MISEVI, ¿cuáles son los desafíos actuales desde tu visión?

Por un lado sentirnos implicados/as en que los desafíos anteriormente señalados son responsabilidad colectiva. Por otro lado, debemos continuar visibilizando nuestro ser misionero  en nuestro día a día. Es tarea de personal descubrir nuevas formas, nuevos retos que nos llevan a trabajar con entusiasmo y dedicación por la justicia social en medio de contextos de pobreza en nuestra realidad cotidiana.

En la realidad eclesial actual, en España, ¿Cuál crees que es el papel de MISEVI? ¿Qué podemos aportar? ¿Dónde podemos alimentarnos, crecer, compartir como misioneros y misioneras laicos y vicencianos ?

Creo imprescindible hacernos presentes y  participar en cuantas iniciativas desde la sociedad civil  se llevan a cabo para defender los derechos sociales,  la igualdad de oportunidades y la denuncia de estructuras injustas que afectan en especial a las personas más vulnerables. Es importante hacerlo buscando la complicidad con personas a las que nos mueven diferentes motivaciones pero que nos une el sueño de una sociedad humanizada. 

Y a la vez seguir construyendo y haciendo  una iglesia más inclusiva, más pegada a la realidad. Es la esencia de nuestro  carisma vicenciano .Es imprescindible el apoyo comunitario, el sentirnos parte de grupos, comunidades  en las que podamos contrastar nuestras vidas, nos alimentemos, oremos y salgamos de  nuevo enviados/as a la vida.

Y para finalizar, David, queremos saber de ti :

El último libro que has leído:  “La trenza” de Laetitia Colombani.

La película que verías mil veces : Difícil elección. Pero la primera que me viene a la cabeza  es “La Misión”.

La frase de tu perfil en RRSS : El secreto de la serenidad es cooperar incondicionalmente con lo inevitable.

Un concierto que no te perderías por nada del mundo : No me he perdido en mi ciudad, en Zaragoza,  ninguno de “El último de la fila” y de ”Manolo García”. Me encantan.

Un sueño por alcanzar : Vivir el día a día. Ser consciente del momento presente, que es lo que tengo, lo que tenemos.  Es un sueño que a  veces  toco con las manos y me sigue motivando a conseguirlo.