Incluso en la política hay lugar para el amor con ternura

Incluso en la política hay lugar para el amor con ternura,
para la ternura y la amabilidad,
a los más pequeños a los más débiles a los más pobres;
ellos deben enternecernos y tienen el derecho de llenar nuestra alma y nuestro corazón;
si, son nuestros hermanos y como tales debemos amarlos y tratarlos de esta manera
(Fratelli Tutti nº 194)

El pasado fin de semana, 12 y 13 de Noviembre, en Salamanca, tuvimos la oportunidad de participar de la formación presencial de Misevi.
Agradecer de antemano a todo el Equipo de Misevi, y especialmente al área de Formación que hizo posible este regalo.

Con el tema: “Vivir desde la fe, tiempos de incertidumbre: ¿Se puede hacer una lectura política, desde la fe?, reflexionamos de la mano de Nacho Celaya Pérez, quien nos dirigió hacia una visión de la política como “el arte de lo posible” y nos convirtió en «maestros de la complejidad».

La fe no es un acto al lado de otros actos. Es una actitud que engloba todos los actos, a toda la persona, el sentimiento, la inteligencia, la voluntad y las opciones de vida. Y una experiencia originaria de encuentro con el Misterio que llamamos Dios vivo y con Jesús resucitado. Ese encuentro cambia la vida y la forma de ver todas las cosas. Por la actitud de fe vemos que todo está ligado y religado a Dios, como aquel Padre/Madre que ha creado todo, acompaña todo y atrae todo para que todos puedan vivir con espíritu fraterno, con cuidado de unos a otros y con cuidado de la naturaleza.

La fe no sólo es buena para la eternidad, lo es también para este mundo. En este sentido, la fe engloba también la política con P mayúscula (política social) y con p minúscula (política partidaria). Siempre se puede preguntar: ¿en qué medida la política, ya sea social o partidaria, es instrumento para la realización de los bienes del Reino como el amor social, la fraternidad sin fronteras, la justicia personal y social, la solidaridad y la tolerancia? En qué medida la política crea las condiciones para que las personas se abran a la cooperación y no se devoren unas a otras mediante la competición sino en comunión unos con otros y con Dios.

Esta es llamada en la reciente encíclica del Papa Francisco Fratelli tutti “la Política Mejor”, que incluye el corazón, y también la ternura y la gentileza.

La fe como una bicicleta
La fe no es sólo una experiencia personal de encuentro con Dios y con Cristo en el Espíritu. Se traduce concretamente en la vida. Es como una bicicleta, tiene dos ruedas a través de las cuales se vuelve concreta: la rueda de la religión y la rueda de la política.

La rueda de la religión se realiza mediante la meditación, la oración, las celebraciones, la lectura de la Biblia, incluso la popular, las peregrinaciones, los sacramentos… en una palabra, por el culto.

Muchos reducen la religión sólo a esta rueda. Casi nunca se habla de justicia social, del drama de los millones de desempleados, del grito de los oprimidos ni del grito de la Tierra.

La fe tiene una segunda rueda, la rueda de la política, es su lado práctico. La fe se expresa mediante la práctica de la justicia, la solidaridad, la denuncia de la opresión, la protesta y la práctica de la solidaridad sin fronteras, el amor social y la fraternidad universal. Tenemos que aprender a equilibrarnos en ambas ruedas para poder andar correctamente
.
Deberemos preguntarnos: ¿qué quiere Dios de mí, ahora?
Desde la participación política desde nuestra fe, a los cristianos nos debe inspirar el sueño de Jesús, que implica un impulso de transformación de las relaciones sociales y ecológicas, y hacer una sociedad nueva con una relación de hermandad y cuidado de la” Casa común” con el Dios de la ternura y de la bondad.. sabiendo que tiene escrito nuestro nombre en la palma de su mano .
Guillermina Manchado

(reflexion inspirada en textos de Leonardo Boff )