Misevi en Alemania “Fuí forastero y me recibisteis…”

Somos Ximo y María y tenemos tres hijos Ruben (7), Fco. Javier (9) y Esther Mª (11). Somos miembros de pleno derecho de Misevi España. Llevamos más de dos años como misioneros, colaborando con la Comunidad Católica de Lengua Española de Köln-Bonn (Alemania). Esta pequeña semilla misionera en Alemania ha sido apoyada por: Misevi España, Misevi Internacional, Comisión de Migraciones de la Conferencia Episcopal Española y la propia Comunidad Católica de Lengua Española. Después de diversas gestiones, hace aproximadamente un año iniciamos la puesta en marcha del “Centro San Francisco” un proyecto pensado para dar apoyo y promoción integral a personas de lengua española. Ya son varias las actividades pastorales que hemos podido desarrollar (cursos de alemán, grupo de fe, retiro de cuaresma, eucaristías, convivencias, campo de trabajo, excursiones, fiestas,…) y todas ellas con buena acogida y participación, tanto por población hispanohablante como alemana. Este proyecto se fundamenta en la colaboración intercongregacional y asociativa, habiendo conseguido el apoyo y colaboración de diversas instituciones y entidades civiles y de la Iglesia Católica. Otro principio del mismo es que debe ser autosostenible y solidario; por ello, desde aquí ya se ha apoyado con casi 500 € el proyecto de Radio Comunitaria que Misevi España está iniciciando en La Moskitia hondureña.

Iniciativa global familia vicenciana
“Fui forastero y me recibiste…”

Reflexionando sobre la propuesta global que se nos hace desde la familia vicenciana, con motivo del 400 aniversario del nacimiento del carisma vicenciano. Podemos decir que nosotros somos misioneros en Alemania y también por ello inmigrantes y forasteros.

Porque fui forastero…

Salir de tu tierra, ya sea por motivos económico-profesionales o por la misión, ya supone un “hacerse pobre”. Al salir de tu país haces una renuncia, de la que muchas veces no eres plenamente consciente hasta pasado el tiempo.

Renuncias a tu gente, la familia y los amigos, tu comunidad. Al principio todo el mundo piensa que será temporal, que pronto se te pasará la volada y volverás, como si se tratara de un capricho; todo el mundo se esfuerza por mantener el contacto. Pero poco a poco la rutina y las exigencias del día a día se imponen y las llamadas se distancian. Te das cuenta de que la vida en España sigue sin ti y poco a poco tú ya no formas parte al 100% de ella.

Y aquí… eres extranjero. Eso supone no sólo la inmensa limitación de no conocer la lengua, que dificulta mucho la creación de nuevas relaciones sociales. Supone además vivir inmerso en un nuevo sistema de normas y tradiciones, que es muy ajeno a todo lo que tú conoces como “normal” en tu país. Y aunque haces el esfuerzo de conocer e integrar, a veces, muchas veces te sientes muy fuera de lugar. En muchas ocasiones nos asalta la pregunta: “pero, ¿cómo se nos ocurrió emigrar a Alemania?”. Cuando llegamos a este punto, la respuesta para nosotros es siempre la misma: no hay nada que compense este desierto, sólo la misión y el saber que el Espíritu Santo cuenta con nosotros para su proyecto aquí. Sólo eso hace que merezca la pena.

…y me recibiste.

Esta condición de forasteros nos afecta en diversos ámbitos y esta ha sido y está siendo nuestra vivencia:

a) Vecinal: en este ámbito la acogida por parte de nuestras vecinas más cercanas fue y sigue siendo estupenda. Entre ellas están una comunidad de hermanas franciscanas (ya muy mayores) que desde el primer momento nos recibieron con alegría, mirada misericordiosa y espíritu misionero. Entre otros detalles y miradas amorosas; ellas nos han cedido el local para iniciar el proyecto y periódicamente comparten con nosotros algunos alimentos.

b) Escolar: el desplazarnos con nuestros tres hijos, nos ha facilitado acercarnos a la realidad social de nuestro entorno más cercano. La comunicación no verbal con casi todos los vecinos es buena y con algunas familias ya tenemos relaciones más cercanas y de amistad. La cogida en el centro escolar, en general, ha sido buena; aunque a veces haya podido existir algún pequeño choque cultural y barrera idiomática. Los docentes y educadores se han esforzado por facilitar el proceso de integración de nuestros hijos.

c) Iglesia Católica diocesana: aquí podríamos decir que han existido dos realidades: la Iglesia local alemana y la Comunidad de Lengua Española.

Por parte de la primera, no hemos sentido una buena acogida. Quizás se haya debido a su rigidez y burocratización, así como, a la dificultad del idioma. Intuimos que ellos están abiertos a dar ayuda a los países empobrecidos, refugiados,… pero que no reciben de tan buen agrado que unos forasteros-misioneros-laicos vengan a fundar y evangelizar en Alemania.

En la Comunidad Católica de Lengua Española de Köln-Bonn, la acogida ha sido muy buena. Realmente para nosotros ha supuesto sentirnos como en casa. La oportunidad de compartir nuestra Fe y nuestras dificultades en nuestra lengua materna y con personas que han pasado por el mismo proceso que nosotros es una bendición. El párroco, Juan María García Latorre ha resultado ser un regalo. El ha sabido desde el principio entender nuestra opción misionera y desde su apertura y espíritu facilitador nos orienta y ayuda en el desarrollo de nuestro trabajo aquí.

d) Familia vicenciana: pudimos contactar con las Hijas de la Caridad en su casa provincial de Köln, la recepción inicial fue buena, pero no podemos decir que haya existido una buena acogida, ya que no han mostrado ningún interés por apoyar y acompañar el proceso de fundación de MISEVI. Nuestra condición de forasteros creo que ha contribuido a ello.
El pasado día 29 de octubre, después de varios meses manteniendo comunicación (telefónica y e-mail) con algunos miembros de la CM en Alemania, gracias a la mediación del P. Gregory Gay; pudimos tener una reunión con el P. Andreas. En la misma, y de manera providencial, pudieron participar los miembros del equipo coordinador y de Misevi España que nos visitaban. La acogida inicial por el padre Andreas fue buena, aunque falta ver que respaldo existe a un proyecto (Misevi) que de momento es animado por forasteros y que quizás no se ajusta a los planes e intereses particulares que la familia vicenciana alemana pudiera tener.

Después de todo lo reflexionado, nos parece muy interesante la iniciativa global que se nos propone como miembros de la familia vicenciana. Pero nuestra experiencia es que no debemos mirar al forastero sólo como persona objeto de nuestra ayuda y pensar que nosotros por ser nativos estamos en situación de poder y superioridad sobre ellos. El foráneo es una persona con unas vivencias, experiencias, capacidades y talentos que sólo necesitan ser descubiertos y promocionados para ponerlos al servicio del bien común.

Las comunidades vivencianas deben estar abiertas a los signos del Espíritu y dejarse interpelar, enriquecer y ayudar por los forasteros (misioneros o no) que el Señor pone en su camino, como regalo y fuerza de renovación, para juntos ser testigos y constructores del Reino.

Al igual que los apóstoles, primeros misioneros, que también fueron forasteros; no siempre hay que esperar a ser llamados para salir a evangelizar.

Al igual que las primeras comunidades que los acogieron, no es necesario ser llamado para poder recibir con amor y esperanza al que salió de su tierra.

Visita del equipo coordinador a Alemania

Del 28 al 31 de octubre estuvieron con nosotros Isra, Begoña, David y Mª Carmen. El poder compartir con ellos y sentirnos, por unos días, comunidad MISEVI nos lleno de gozo. Nuestros hijos disfrutaron con la visita y se quedaron con ganas de más.

El sábado por la mañana tuvimos reunión y a la misma acudió también el P. Andreas c.m.. Dada la dificultad de poder traducir todo al alemán solicitamos ayuda en el Seminario Redentoris Mater de Bonn y nos apoyaron enviando un seminarista de República Dominicana.

La reunión fue distendida y en la misma pudimos conocer la historia de la Congregación de la Misión, Hijas de la Caridad y JMV en Alemania. Una historia complicada cargada de dificultades y trabas muchas de ellas dentro de la propia Iglesia alemana.

El P. Andreas comenzó ilusionado ofreciendo acogida a jóvenes misioneros para tener una experiencia comunitaria y de servicio pastoral. Nosotros le expusimos nuestra realidad y necesidades, que eran: apoyo en la fundación de MISEVI como asociación civil y colaboración en el sostenimiento de los misioneros. Pensamos que en esa reunión se lograron activar sinergias y posibilidades de colaboración que podrían ser beneficiosas para Misevi España y para la animación y desarrollo de Misevi Alemania.

A la hora de comer nos acompañaron algunos miembros de nuestro grupo de Fe, con los que estamos trabajando los materiales de José Antonio Pagola, Grupos de Jesús. Con motivo del año de la Misericordia, cruzamos la “puerta Santa” de la Catedral de Colonia y participamos de la Misa Internacional.

El domingo celebramos una comida-fiesta para recoger fondos para el centro San Francisco, fue un éxito. Gracias a Dios contamos con la ayuda de los miembro de Misevi, que participaron tanto en la organización, como bailando para animar la fiesta (todo es importante). Aprovechamos un momento de la fiesta para hacer una pequeña evaluación gráfica (a través de un montaje de video) de cual ha sido nuestra andadura durante este tiempo y presentar las propuestas de actividades para los próximos meses.

Para nosotros la visita de Misevi a Alemania ha sido muy importante. Después de dos años de esfuerzo personal, familiar, económico… era muy importante dar a conocer nuestro trabajo con la comunidad de lengua española en este lugar. A nivel afectivo y espiritual nos hemos sentido como uniendo en un mismo espacio y tiempo nuestro origen y nuestro futuro, el lugar de donde venimos (Misevi) y nuestra nueva realidad aquí en Alemania. Nos hemos sentido por fín comprendidos en el sentido que tiene el hecho de estar aquí y muy acompañados y respaldados en la misión.

Fecha: 16 Noviembre 2016
Escrito por Joaquín Simó y María Castellano