Crónica Formación Misionera

Este pasado fin de semana del 24 al 26 de noviembre se ha celebrado la primera de las fases presenciales de nuestro Plan de Formación con la que iniciamos un nuevo trienio formativo 2017-20. A continuación, os dejamos la reflexión de Marcos Amador, que acudía a nuestra formación por vez primera.

Tras un largo viaje, llegamos a Salamanca, pasamos las puertas que rodean la casa y ésta se eleva ante mí. Nunca había estado aquí, así que el solo hecho de ver el edificio me sorprendió, no sólo por su tamaño, sino por su arquitectura. Esta iba a ser la menor de las sorpresas dentro de un fin de semana plagado de ellas. Tras aparcar nos salen a recibir, dejamos las maletas y tenemos una agradable e interesante charla durante la cena, empezaba a ver que esto era un espacio donde compartir las inquietudes y experiencias con gente muy diversa, pero que a la vez se movían con intereses similares a los tuyos. Ya estaba aprendiendo, y esto sin que la formación hubiera empezado formalmente…

Tras descansar toda la noche nos preparamos para este día de formación que estaba empezando y que, mirando al calendario, se preveía completito. Para continuar la mañana no hay mejor forma que una oración, pero en este caso, el calendario nos indicaba algo así como “Taller de danzaterapia”. No creo que fuera el único que se pregunto que tendría eso que ver con la oración, pero en mi caso casi todo lo que es nuevo tiene un atractivo inicial que me ayuda a entrar en dinámica. Empezó el taller de danzaterapia, Maricarmen Saz (que era quien lo impartía) nos aclaró que no sólo iba a ser bailar, sino que nos iba a presentar e invitar a orar de otra manera. Lo haríamos a través de un video en el que unos seres repartían luz en la noche, esta visualización nos llevó a una dinámica en la que nos movíamos por todo el espacio llenando cada rincón de luz, tras lo que volvimos a nuestro espacio personal y de calma donde reflexionar, plasmar y compartir esto sobre una estrella de papel que, empezaría a dar forma a un papel continuo sobre la pared.

Tras ello, arrancamos con la formación, en “la dimensión política de la fe”, ¿política y fe? Para esta primera sesión y, tras una breve presentación (que contextualizaba al grupo,) empezamos a exponer nuestras ideas sobre la política. En mi caso estaba desencantado y el acercarme a ella me parecía algo artificial y que me iba a “contaminar”. Pero poco a poco, debate tras debate, Nacho Celaya (ponente del bloque formativo) nos empezó a mostrar como la política está detrás de todo, sobre todo cuando decides “mojarte” en la sociedad. “¿Qué es lo que Dios quiere de mí? ¿Cuál es el plan de Dios para este mundo?” preguntas como estas acercaban la fe a la política, pues Dios, como comentamos en esta sesión, quiere un “mundo de personas dignas -que puedan construir su propia vida- y libres, que todos tengamos los derechos básicos en una sociedad acogedora”. Esto nos marca una ruta a seguir como cristianos, siempre hablamos del Reino de Dios y de traerlo a la tierra así que cuando alguien pregunta “¿quién te manda meterte en estos líos?” debemos responder “Pero como no me voy a meter”, pues en esta sociedad compleja y diversa la fe tiene que tener una mirada política, pero para ello debemos aprender a VER.

Era hora de un pequeño descanso en el que despejar la mente, asimilar las ideas y compartir lo comentado hasta el momento. Volver a la sala donde dábamos la formación y sorprendernos otra pregunta “¿solo vemos lo que queremos? ¿qué sueña Dios para mí?” esto me trasportó a la frase de MISEVI que contenía el cartel que estaba detrás de Nacho, “llamador a ser, invitados a estar”. Estaba en el lugar adecuado para poder descubrir que sueña Dios para mí. Tras VER era el momento de JUZGAR, porqué y desde dónde encargarse de llevar a cabo el “programa político de Jesús”, los planes de Dios. Tenemos que actuar y salir de la zona de confort porque lo que no hagamos nosotros lo harán otros, y no podemos dejar todo en manos de los políticos. Ese juzgar nos llevo a ver en las “tontadas” en las que, como cristianos nos habíamos centrado y como habíamos desvirtuado el mensaje de Dios. ¿qué pasaría si Jesús volviese a la tierra? ¿No creéis que pasaría algo similar a lo que ocurrió en el templo? Hay que volver a Jesús, salir a la vida y actuar. Eso es política, la que como laicos tenemos que practicar. En palabras de Nacho “Hay que andar por el filo de la navaja respondiendo y actuando en la vida, pero sin dejar de lado la conciencia cristiana”.

Hora de almorzar, donde nuevamente pudimos encontrar un espacio de compartir y comentar. Después de esto había un pequeño tiempo de descanso, pero algunos fuimos a conocer un proyecto que comenzó no hace mucho en aquella casa, su nombre es Ranquines, un proyecto precioso que nos enseña como muchas partes de la iglesia si que se mojan en la sociedad, en este caso con los más desfavorecidos.

Tras esta visita por las instalaciones y una explicación de la utilidad de estas y sus planes de futuro volvimos a ponernos manos a la obra. La tarde, al igual que la mañana, comenzó con el taller de danzaterapia, y esta vez sí que íbamos a bailar, lo haríamos con telas de colores moviéndonos con ellas por el espacio al ritmo de la música, ya estábamos dentro de la dinámica, ahora tocaba sentarnos sobre la tela y escuchar un cuento sobre el que posteriormente reflexionaríamos. Esta narración nos llevó a cada uno a nuestro lugar, dentro de la naturaleza, favorito y en el nos ponía ante la situación de una mosca que se posa en un lugar desagradable (para nosotros, pero que para ella es natural) y una abeja que se posa en una flor (un lugar agradable a ambos). Al igual que en la mañana la historia iba acompañada por una imagen, unas gafas donde plasmar nuestra reflexión y nuestra manera de ver el mundo. Estas acompañarían a las estrellas de esta mañana y empezarían a llenar el mural.

Tras este rato y continuando la tarde, volvimos a la política. Cada vez teníamos más cosas claras, nuestra relación con la política era más evidente, pero aún nos quedaba mucho por conocer. Una vez apliquemos el VER y llevemos a cabo el JUZGAR, es hora del ACTUAR, tenemos que hacernos cargo al escuchar la llamada, encargarnos de reflejar la fragilidad en el testimonio y tenemos que cargar con nuestro compromiso, el que nos anima a ser valientes y potenciar la denuncia de lo que no está en el plan de Dios. Denuncia entendida como, no sólo hacer ver lo que no es, sino poner de nuestra parte para solucionarlo, ya que si no hacemos nada somos cómplices. “Hay mucha gente que quiere, menos que saben y casi nadie puede”, con esto debemos recordar que tenemos que cambiar la dinámica buscar grupos de apoyo, comunidades que trabajen por una misma causa y tener en cuenta de la importancia que también tiene lo pequeño. Del día de hoy salíamos animados a intentar aportar, a mojarnos, a actuar desde el día a día. Pero también con algunas dudas que resolveríamos a la mañana siguiente.

Pero aquí no se terminaba el día, a mí, como principiante en estas formaciones de MISEVI, se me hizo una pequeña “entrevista” en la que mostrara mis intenciones y motivaciones, el porque de estar allí. Tras esto, cenamos y una última sesión (del día de hoy) de danzaterapia, esta vez algo más personal incluso que la anterior ya que la gente compartía sus testimonios en misiones, es increíble escuchar como las personas viviendo realidades tan duras son capaces de abrirte los ojos y el corazón a la realidad sociopolítica del mundo, esta fue la actividad que, quizás, me marcó más, además no éramos meros espectadores, nosotros teníamos que hacer eco de estos testimonios y repartirlos en forma de figura de “origami” a alguien del grupo.

Último día. Con la danzaterapia volvimos a crear un espacio propio, esta vez nos íbamos a centrar en nuestras manos, íbamos a siluetearla en un folio para posteriormente, ya con nuestra reflexión escrita, completar el mural que comenzamos la primera mañana. “¿Estás llamado a más?” o como a modo de chascarrillo nos preguntó Nacho “¿Cueces o enriqueces?” esto hizo que algunos sonriéramos por fuera, pero por dentro la duda nos incordiaba. ¿Me conformo con lo mínimo, el miedo me frena? Las preguntas ahora llenaban mi mente, y la respuesta ya las habíamos visto en estos días: “Dios escribió su nombre en nuestras manos”. Así que sí, estamos llamados a más, pues el miedo es el arma más poderosa para manejar el mundo. Por eso no podemos caminar solos, sino que debemos apoyarnos en los demás dándole la importancia que deben tener las mediaciones, como son las instituciones u organizaciones como MISEVI. Tras este rato de reflexiones y conclusiones me gustaría destacar una última cosa, una de las frases con las que se cerró esta sesión y el curso de formación: “Solo se cambia el mundo desde la esperanza, demostrando que es posible, siendo felices”.

Como no podía ser de otra manera, terminamos con la eucaristía, donde pude dar las gracias por participar de esta experiencia y pedir que nos de fuerza y alegría para participar en la política desde la fe. El curso se terminaba con el almuerzo y las despedidas, han sido unos días intensos, pero estoy agradecido por redescubrir el camino a seguir, por cargar mis pilas con los testimonios de misión y por ver que es posible hacer política desde la fe, desde el mensaje de Jesús”.