Nuestra misionera Idoia Makazaga, durante muchos años en la misión de Honduras, nos comparte este texto, nacido del corazón frente a la realidad que viven nuestros hermanos hondureños.
«Hace 40 años te conocí de nombre. Hace apenas 21, nos presentamos en persona. Eran momentos muy difíciles y sin embargo, me mostraste los rincones más bellos jamas vistos, me diste a conocer tu hospitalidad, me enseñaste tus luchas por salir adelante una y mil veces, tus sueños, la fuerza de tu fe, la energía de la comunidad…
He visto tu esfuerzo por levantarte, y otra vez te veo destruida. ¡Cómo me dueles Honduras!
Tanto que he recibido y no puedo más que escribirte estas letras. Quizá sea capaz de despertar a alguien de mi Familia Vicenciana, yo poco más puedo hacer. Toda la Familia unida, comprometida solidariamente con los hermanos y hermanas centroamericanos que ha castigado el huracan Eta.
Un abrazo y mi oración».
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